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Revista signos

On-line version ISSN 0718-0934

Rev. signos vol.50 no.93 Valparaíso Mar. 2017

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-09342017000100006 

ARTICULOS

Análisis sociolingüístico de los reformuladores de explicación en el español hablado de Santiago de Chile

 

Sociolinguistic analysis of explanation reformulators spoken Spanish in Santiago, Chile

 

Abelardo San Martín Núñez
Universidad de Chile
Chile
asmartin@uchile.cl
asmartinuchile@gmail.com


RESUMEN

El objetivo de este artículo es analizar el empleo de los reformuladores de explicación, en una muestra del español hablado en Santiago de Chile, desde el punto de vista sociolingüístico. Específicamente, se describe el comportamiento de los marcadores del discurso, que cumplen la mencionada función, en una muestra estratificada de 120 entrevistas de hablantes santiaguinos y se establece la distribución sociolingüística de su empleo. Asimismo, se aplicó tanto el concepto y la clasificación de los marcadores del discurso de Martín Zorraquino y Portolés (1999) y Portolés (2001), como las sugerencias de Cortés (1998) y de Carbonero y Santana (2010) para el estudio cuantitativo de su variación social. En el análisis, se correlacionó el sexo, la edad y el grupo socioeconómico de los informantes con el empleo de los reformuladores de explicación, con base en su conmutabilidad funcional a nivel discursivo. Los resultados muestran que ‘o sea’ es el marcador explicativo más frecuente y que es secundado por ‘onda’ y ‘digamos’. Por último, los tres marcadores antes mencionados son más empleados por individuos del grupo medio alto, mientras que ‘onda’ y ‘digamos’ son usados por sujetos jóvenes y mayores, respectivamente.

Palabras Clave: Marcadores del discurso, reformulación, explicación, variación discursiva, sociolingüística.


ABSTRACT

The aim of this study is to analyze the use of explanation reformulators in a sample of the Spanish spoken in Santiago, Chile, from a sociolinguistic point of view. Specifically, the behavior of discourse markers that meet this function are described and at the same time the sociolinguistic distribution of this use is established in a stratified sample of 120 interviews. Besides, the concept and the classification of discourse markers by Martín Zorraquino and Portolés (1999) and Portolés (2001), and the suggestions offered by Cortés (1998) and Carbonero and Santana (2010) for the quantitative study of the social variation of markers is applied. In the analysis, sex, age and socioeconomic group of the subjects interviewed were correlated with the use of explanation reformulators based on their functional commutability at the discursive level. The results show that o sea is the most common explanatory marker and that it is followed by onda and digamos. Finally, the three markers above are employed by individuals of upper middle group, while onda and digamos are most used by young and elderly subjects, respectively.

Key Words: Discourse markers, reformulation, explanation, discursive variation, sociolinguistics.


 

INTRODUCCIÓN

Los marcadores del discurso son unidades lingüísticas de enlace de carácter invariable, que no ejercen una función sintáctica a nivel oracional y cuya función primordial es orientar las inferencias que se realizan en la comunicación (Portolés, 2001)[1]. La importancia de los marcadores para el procesamiento del discurso, tanto oral como escrito, en diferentes lenguas, ha sido destacada por Schiffrin (1987, 2003), Anscombre y Ducrot (1994), Martín Zorraquino y Montolío (1998), Martín Zorraquino y Portolés (1999), Portolés (2001), Loureda y Acín (2010), Aschenberg y Loureda (2011), entre otros. No obstante, una de las dimensiones menos estudiadas, en la lengua española, es la variación social y dialectal del uso de los marcadores del discurso (Carbonero & Santana, 2010). El objetivo general de este artículo es analizar el comportamiento pragmático y la distribución social del empleo de los marcadores de reformulación explicativa, en una muestra socialmente estratificada de 120 entrevistas realizadas a hablantes santiaguinos. En términos específicos, los objetivos de nuestro trabajo son: a) identificar los marcadores que cumplen la función de reformulación explicativa en la muestra, b) determinar su frecuencia de empleo y c) correlacionar dichas frecuencias con las variables sociodemográficas: sexo, edad y grupo socioeconómico de los informantes. Por otro lado, las hipótesis que someteremos a comprobación en este trabajo son: a) si bien existe un paradigma amplio de marcadores explicativos, ‘o sea’ es el que se emplea de modo preponderante y b) los factores sociodemográficos de los sujetos inciden de manera irregular en el empleo de los reformuladores de explicación.

1. Marco teórico

1.1. El estudio sociolingüístico de los marcadores del discurso

El marco teórico y metodológico de este trabajo lo constituye la sociolingüística variacionista desarrollada por Labov (1983), con las necesarias adaptaciones al estudio de la variación en el ámbito discursivo (Macaulay, 2003). Los estudios dentro del variacionismo han demostrado, en general, la influencia de factores externos (sociales) e internos (estructurales) en el habla de los sujetos (Bright, 1998; Silva-Corvalán, 2001; López Morales, 2004; Blas Arroyo, 2005; Moreno Fernández, 2009; Serrano, 2011).

Sin embargo, la extensión del concepto de variable sociolingüística al estudio de fenómenos más allá del nivel fonético planteó una serie de dificultades, ya que no estaba garantizado en el estudio de las mencionadas variables el principio de invariabilidad a nivel semántico. A pesar de las diferentes posturas en torno a este debate, en principio, la variación lingüística:

“[…] definida como el uso alterno de formas diferentes de decir lo mismo, se puede encontrar prácticamente en todos los niveles de la lengua, desde el más concreto (fonético-fonológico) al más amplio (discurso, por ejemplo), pasando por la gramática y el léxico” (Moreno Fernández, 2009: 22).

Como en trabajos anteriores (San Martín, 2004-2005, 2011, 2013; Rojas, Rubio, San Martín & Guerrero, 2012), sugerimos la posibilidad de aplicar el concepto de ‘variable lingüística’ –en un sentido amplio– al estudio de los marcadores del discurso. En relación con el problema que nos ocupa, Cortés (1998) concluye que el estudio variacionista de los marcadores es posible, si se cumple el requisito de contrastar las frecuencias de conectores que cumplan las mismas funciones, lo que trae aparejadas no pocas dificultades. Para el análisis sociolingüístico de los marcadores, es preciso que se asocien las características de los informantes con aquellas partículas que desempeñen una función común en el discurso (Cortés, 1998). De acuerdo con nuestra perspectiva, una vez identificadas las partículas que cumplan una función pragmática equivalente, la aplicación del concepto de variable sociolingüística al estudio de los marcadores del discurso es factible:

“puesto que este tipo de formas parece cumplir con las condiciones propuestas en el marco del variacionismo, es decir, consistir en ‘formas alternativas de decir lo mismo’” (San Martín, 2004-2005: 213).

Uno de los aspectos aún en desarrollo en la investigación de los marcadores del discurso en español es, como ya indicamos, la dimensión social y dialectal de su uso, debido a que la mayor parte de los estudios se ha concentrado en su definición y caracterización, así como en la clasificación de las diversas funciones pragmáticas que desempeñan. En efecto, más allá de las referencias a la posibilidad de incorporar una perspectiva diastrática en Gili Gaya (1961), se han realizado estudios por comunidades como el de Obregón (1985), Cortés (1991), Fuentes (1996) o Rodríguez (1999), así como una extensa serie de trabajos sobre marcadores específicos. Con todo, las investigaciones de conjunto que aborden la distribución social y espacial de estos enlaces extra-oracionales de manera sistemática, en el dominio hispánico, están todavía en ejecución. En este sentido, Carbonero y Santana (2010) señalan la carencia de trabajos que aborden la variación espacial y social de los marcadores del discurso, aunque -al mismo tiempo- destacan el interés de esta línea de trabajo para el mejor conocimiento de estas unidades de procesamiento. Por lo que se refiere al estudio de los marcadores del discurso en el español hablado en Chile, en general, contamos con los trabajos de Rabanales y Contreras (1991), Pons y Samaniego (1998), Pérez (1998), Poblete (1998), Cepeda (1999), San Martín (2004-2005, 2011, 2013), Rojas et al. (2012) y Valencia (2014b), entre otros.

1.2. Los reformuladores explicativos en la lengua española

Para el presente estudio, adoptaremos, principalmente, la perspectiva teórica sobre los marcadores del discurso de Martín Zorraquino y Portolés (1999) y Portolés (2001). De acuerdo con estos autores, los marcadores de reformulación:

“presentan el miembro del discurso que introducen como una nueva formulación de un miembro anterior […] el hablante considera que lo ya dicho no transmite satisfactoriamente su intención comunicativa y utiliza un reformulador para presentar el miembro del discurso que lo sigue como una mejor expresión de lo que pretendió decir con el miembro precedente” (Martín Zorraquino & Portolés, 1999: 4121).

La clasificación de los reformuladores propuesta por los mencionados autores incluye los siguientes subtipos: explicativos, rectificativos, de distanciamiento y recapitulativos. Según su función específica, los reformuladores explicativos presentan el miembro del discurso que introducen como una reformulación que aclara o explica lo que se ha querido decir en otro miembro anterior que pudiera ser poco comprensible, por ejemplo, ‘o sea’, ‘es decir’, ‘esto es’ y ‘a saber’ (Martín Zorraquino & Portolés, 1999). Por su parte, Garcés (2003, 2011) destaca que la reformulación es un “procedimiento de organización del discurso que permite al hablante volver sobre un segmento anterior para reinterpretarlo y presentarlo de manera distinta” (Garcés, 2011: 90), el que responde a cinco motivaciones de los hablantes: explicar, recapitular, reconsiderar, distanciarse o corregir (Garcés, 2003). Aplicando los supuestos de la lingüística textual de Gülich y Kotschi (1983, 1995) y Rossari (1994), además, Garcés (2003, 2011) distingue entre la reformulación parafrástica, en la que se plantea una equiparación semántica y pragmática entre los segmentos reformulado y reformulador, y la no parafrástica, en la que se propone un distanciamiento de diferente grado (mínimo, medio y máximo) entre ambos segmentos. Así, para esta autora, la reformulación es un:

“proceso de reinterpretación de un segmento previo, explícito o implícito, que, según la relación entre los miembros y el tipo de marcador empleado, puede ir desde la equivalencia hasta el distanciamiento” (Garcés, 2008: 82).

Según Garcés (2008) y Portolés (2004), la capacidad de replantear enunciados previos mediante otros que nos parecen más expresivos o adecuados para nuestra propia intención es una propiedad de la competencia metapragmática de los hablantes. Garcés (2008) considera cinco tipos de marcadores de reformulación, de acuerdo con las motivaciones señaladas más arriba: explicación, rectificación, recapitulación, reconsideración y separación. Por lo que se refiere al tipo de reformulación que nos ocupa, en la explicación, el miembro reformulador aclara o precisa el miembro anterior, mediante marcadores como ‘es decir’, ‘o sea’, ‘esto es’ y ‘a saber’.

Con respecto al estudio de los reformuladores de explicación en el español de Chile, en Rojas et al. (2012) se señala el siguiente inventario de marcadores explicativos, en un corpus de 72 entrevistas de Santiago: ‘o sea’, ‘onda’, ‘digamos’, ‘es decir’, ‘por ser’, ‘más que nada’ y ‘vale decir’. Por otro lado, en su relevamiento de los marcadores del discurso empleados en 12 entrevistas de la norma culta santiaguina, Valencia (2014b) señala que los reformuladores constituyen el tipo de marcador menos utilizado, entre los que destacan los explicativos, en particular, ‘o sea’ con una altísima frecuencia. También se recogieron ejemplos de los explicativos ‘es decir’ y ‘en otras palabras’, pero con porcentajes de ocurrencia inferiores[2].

2. Metodología

2.1. Corpus

El corpus que servirá de base para nuestro estudio corresponde a 120 entrevistas sociolingüísticas pertenecientes al corpus del grupo de Estudio Sociolingüístico del Español de Chile (ESECH)[3]. Las entrevistas fueron realizadas a hablantes santiaguinos, entre 2005 y 2011, por los estudiantes en la asignatura de Sociolingüística de los programas de Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas y Licenciatura en Lengua y Literatura Inglesas de la Universidad de Chile. En la situación de entrevista, los entrevistadores debían tratar de superar la ‘paradoja del observador’ consiguiendo, de esta forma, una muestra significativa de discurso natural grabado (‘estilo vernáculo’) de hablantes representativos de la comunidad de habla en estudio (Labov, 1983). Este objetivo se logró gracias a un procedimiento que priorizó la realización de la entrevista a personas cercanas al entrevistador en un clima de confianza que favoreciera la espontaneidad del sujeto (San Martín & Guerrero, 2015). El número de entrevistas antes indicado totaliza, aproximadamente, 116 horas de grabación, cuya transcripción fue exhaustivamente revisada, sin exclusión de ninguna de las secciones del instrumento. La estructura y las características principales de este último son descritas, con mayor detalle, en San Martín y Guerrero (2015).

2.2. Población y muestra

En nuestra investigación se consideró la población constituida por hombres y mujeres de la Región Metropolitana de más de 20 años de edad, que cumpliera los siguientes criterios: 1) haber nacido y residido en forma ininterrumpida en Santiago, 2) haber nacido y residido en Santiago la mayor parte de sus vidas, salvo por periodos que sumados no superen los cinco años y 3) haber residido en forma ininterrumpida en Santiago desde los cinco años de edad. El cuestionario se aplicó a una muestra del tipo ‘muestra por cuotas con afijación uniforme’, que consiste en dividir a la población en estratos y asignar la misma cuota a cada uno (López Morales, 1994). La muestra está conformada por un número de informantes considerado, en general, como suficiente en la bibliografía sociolingüística, ya que se sugiere que cinco informantes por cada celda es suficiente (Trudgill & Hernández Campoy, 2007, s. v. ‘representatividad’; López Morales, 1994), distribuidos como se indica en la Tabla 1:

Tabla 1. Proporción de sujetos según características sociodemográficas de sexo, edad y grupo socioeconómico.

2.3. Procedimiento de estratificación social utilizado en ESECH

Para la estratificación de los sujetos que conforman la muestra del estudio, se empleó el sistema de adscripción de estatus social empleado en ESECH que se basa en la asignación del puntaje -que se indica entre paréntesis- a los informantes, de acuerdo con las siguientes variables: a) nivel educacional (3), b) profesión u ocupación (2) y c) comuna de residencia (1). La explicación en detalle de dichas variables se encuentra en San Martín y Guerrero (2015), cuya propuesta considera diferentes estudios acerca de la realidad socioeconómica chilena (ADIMARK, 2003; ICCOM, 2005; AIM, 2008)[4]. A partir de la asignación de los mencionados puntajes, se distinguieron cuatro grupos socioeconómicos, definidos según los rangos siguientes: a) Medio alto (MA): 42-36, b) Medio (M): 35- 27, c) Medio bajo (MB): 26-18 y d) Bajo (B): 17-6. El intervalo de cada rango responde a la mayor coincidencia con los puntajes que han establecido los estudios sociológicos y de mercado para la clasificación de estratos socioeconómicos, aunque con las debidas adaptaciones, puesto que en esta muestra no se incluyen ni el grupo de la extrema pobreza ni el de la extrema riqueza (San Martín & Guerrero, 2015).

2.4. Procedimiento analítico

Nuestro análisis de la función discursiva ‘reformulación de explicación mediante marcadores’ se concentró en la determinación de las frecuencias de ocurrencia de cada una de las partículas específicas, que cumplen dicha función en las entrevistas que conforman la muestra recopilada. Para tal propósito, en la fase cualitativa del estudio, se aplicó el método de la conmutación propuesto por Portolés (2001), esto es, identificar los marcadores que en un contexto determinado pueden sustituirse mutuamente. De esta manera, la primera tarea del análisis consistió en identificar cuáles son las partículas que se adecúan a nuestra definición de reformulador explicativo, señalada más arriba. Asimismo, de modo coherente con nuestros objetivos, se observó la incidencia de los siguientes factores sociodemográficos de los hablantes: sexo, edad y grupo socioeconómico en el empleo de dichas partículas. Por lo que se refiere a la descripción de los procedimientos estadísticos aplicados, en este trabajo seguimos las sugerencias e indicaciones de Moreno Fernández (1990), López Morales (1994) y Hernández Campoy y Almeida (2005). El análisis estadístico atendió a dos niveles de observación: a) en términos descriptivos, según las frecuencias absolutas y los porcentajes de frecuencia de cada rectificador y b) en términos interpretativos o inferenciales, con base en la comparación entre las medias o tendencias centrales de los marcadores más frecuentes, esto es, de aquellos con más de 25 ocurrencias. El paquete estadístico al que hemos recurrido para la estadística inferencial es el SPSS (Statistical Package for the Social Sciences), versión 15.0 para Windows, específicamente, la prueba Análisis de varianza ANOVA. En atención a que la distribución de los datos, en algunos casos, pudiera ser anormal, se complementará dicho análisis con su análogo de tipo no paramétrico, esto es, Anova de Kruskal Wallis. En ambos casos, el grado de significación se definirá en el 5%, según el cual p=<0,05 será estadísticamente significativo.

3. Presentación y análisis de los resultados

3.1. Análisis discursivo de los reformuladores de explicación relevados en el corpus

Los reformuladores explicativos, como indicamos más arriba, introducen un segmento del discurso que aclara o amplía el contenido que se ha querido expresar con otro segmento anterior. En nuestros materiales se verificó un total de 2403 ocurrencias de este tipo de marcadores que se distribuyen en el siguiente paradigma de reformuladores explicativos, con las frecuencias absolutas que se indican: ‘o sea’ (2217), ‘onda’ (55), ‘digamos’ (92), ‘es decir’ (21), ‘por ser’ (17) y ‘vale decir’ (1). El Gráfico 1 muestra las frecuencias porcentuales de estos marcadores en el corpus:

Gráfico 1. Porcentaje de frecuencia de los marcadores explicativos en el corpus.

Los ejemplos que presentamos, a continuación, ilustran cada uno de los marcadores de reformulación explicativa del corpus:

O sea

  1. era un plan de/ camaradería/ compañerismo potente muy potente/ muy potente// o sea/ tus compañeros eran tus yuntas/ y/ y había/ me parece que/ yo no sé cómo sería antes/ pero la cuestión es que/ yo sen/ yo sentí que// o sea siem/ nunca sentí la diferencia entre hombres y mujeres/ o sea a nosotros los hombres nos trataban de igual a igual como nosotros los tratábamos a ellos/ o sea/ no/ no/ nunca nos miraron en menos/ que/ que no podíamos hacer esto/ lo otro porque eso no pasaba (MAIIIM187),
  2. prefiero el del canal siete porque son/ digamos/ veo que son mucho/ mejor/ o sea/ los chiquillos están mejores preparados/ se preparan mejor que los otros (MAIIIH129),
  3. bueno/ yo creo que el clima aquí en Santiago básicamente se compone de dos estaciones/ verano e invierno/ o sea las estaciones intermedias no se perciben mucho/ o sea pasamos del frío del invierno/ es de la lluvia al calor sofocante del verano/ en cambio/ en yo diría que el clima marítimo del sur/ templado marítimo/ es un poquito más/ tiene transiciones/ tiene transiciones/ y por tanto no es tan definido como acá que pasa del frío al calor y del calor al frío/ allá hay más estaciones intermedias (MAIIH161),
  4. mi familia es lo más/ es lo más sagrado en este momento lo más lindo que tengo porque yo igual no tuve una infancia de las/ bonitas/ ee tampoco tengo buenos recuerdos porque igual la infancia de nosotros fue triste/ fue pobre/ demasiado pobre/ o sea/ de esas pobrezas/ de hambre/ ¿cachái?/ y me llego a emocionar cuando me acuerdo (MIIIM137),
  5. así que fue un trabajo espectacular en ese sentido// multidisciplinario/ o sea habían ingenieros eléctricos/ habían ingenieros hidráulicos/ y yo participé en ese grupo// y habían// también constructores civiles para todo lo que significaba la construcción del edificio// ee// ingenieros estructurales para la// para todo lo que es los galpones y todo el asunto (MIIH114),
  6. no po/ igual me ha afectado porque antes a mí me gustaba ir a la tienda/ comprarme algo y todo/ y ahora no lo puedo hacer/ o sea/ ahora yo ee evito ir a endeudarme/ entonces ee esa ese dinero que yo antes ocupaba para endeudarme/ que usaba para endeudarme ahora yo lo tengo que usar en la casa/ en la comida para mantenerse bien (MBIIIM089),
  7. el ambiente era bueno hasta que canalizaron el canal/ porque ee nosotros éramos una isla/ o sea nosotros éramos los más digamos/ los más pobres en relación al barrio por/ primero estábamos nosotros/ después estaban unas poblaciones nuevas que eran de mayor estatus (MBIIIH085),
  8. en los departamentos/ aquí estamos a diez minutos de allá po/ entonces no es nada/ o sea// el cambio de distancia es es es poco no es una cosa que diga “chuta/ voy a tener que renunciar que te estoy muy lejos”/ no para nada/ no no me implica en nada eso (BIIH019).

Onda

  1. me gusta vivir en Santiago// o sea cuando estaba fuera la gente me preguntaba si yo era chileno y yo decía que era santiaguino// ¿cachái?/ onda/ estoy súper orgulloso de ser santiaguino y/ me encanta Santiago (MAIH147),
  2. la fiesta estaba tan llena/ que// realmente no había ni espacio para bailar así/ haciái el intento igual/ y estuvo muy buena la cuestión/ porque hubo de todo/ risas/ copete/ para comer/ así/ minas/ todo así/ onda/ no nos faltó nada así/ fue muy buena buena/ buenísima (MBIH049),
  3. te sube la presión y bueno en realidad exactamente no sé que es/ pero sé que te sube la presión y como que eso le afecta a la guagua así onda te podí morir o la mamá o la guagua o bien los dos/ entonces me hicieron cesárea de urgencia (BIM010),
  4. entonces es súper vicioso el juego/ es como así aa aa como que te va atrapando/ y aparte es un buen negocio/ yo conozco gente que se ha dedicado al póker y a/ onda que el loco está jugando todo el día jugando póker por Internet y ganando plata/ ¿cachái? el loco se hace su sueldo/ ¿cachái? (BIH004).

Digamos

  1. por una cuestión familiar/ más que nada/ pero no me gustaría irme a otro lado/ digamos/ me acomoda donde estoy/ me gusta donde estoy (MAIIIM188),
  2. participo en licitaciones/ sea del Estado/ o privadas/ digamos en todos los sistemas de climatización// digamos aire acondicionado/ más específicamente (MAIIIH180),
  3. últimamente me he puesto muy garabatero en realidad/ quizás también por/ y a pesar de/ como te dije antes/ que trato como de ubicarme y todo/ pero/ bueno hasta ahora no he cometido ningún condoro/ falta de respeto en frente de alguien ni nada/ pero/ con la gente que me rodea ando muy garabatero/ me gustaría no ser así/ digamos/ evitarlo (MIH101),
  4. pero/ es diferente/ digamos Maipo es el pueblo y Quinta de Maipo es más campo// en esos tiempos/ porque ahora ya no (MBIIM077).

Es decir

  1. algunos amigos del trabajo/ o algunos amigos de/ de los estudios/ en que fuimos amigos mientras tuvimos que estar juntos/ no sé si me explico/ son amigos situacionales/ es decir/ lo pasábamos súper bien/ hacíamos un montón de cosas juntos/ pero porque teníamos que estar juntos/ mientras algo nos mantenía con intereses similares (MAIIH161).

Por ser

  1. yo creo que la diferencia puede ser/ yo no mantengo amistades de niños po no he tenido ninguna/ no no no la he mantenido ee la diferencia ee/ yo creo que se conocen más/ por ser si hay una amistad de la niñez/ es es más se conocen más a fondo/ porque la amistad del adulto/ ya no existen amistades de adulto (MBIIIM092).

Vale decir

  1. básicamente información para atender a los clientes/ y/ procedimientos/ cómo atender a los clientes/ y protocolo de a/ de atención/ vale decir qué se les dice a los clientes (MAIIH161).

Como se desprende de los ejemplos 1 al 19, mediante el empleo de los reformuladores explicativos, los hablantes amplían la información precedente, en términos de una especificación de su contenido, con el propósito de facilitar la comprensión del interlocutor. De este modo, a través de la explicación, la reformulación asume su forma más elemental (Portolés, 2001). Por este motivo, los reformuladores de esta categoría son, de hecho, los más frecuentes en el corpus analizado, muy especialmente, el marcador explicativo ‘o sea’[5]. Como destacan Martín Zorraquino y Portolés (1999: 4123): “el reformulador explicativo más frecuente, sobre todo en el discurso oral, es ‘o sea’”. Asimismo, es destacable el empleo de ‘onda’ y ‘por ser’ como reformuladores explicativos, ya que no figuran en la bibliografía consultada sobre marcadores del discurso y constituyen, hasta donde conocemos, usos diferenciales característicos del español hablado en Chile (Rojas et al., 2012).

Como era de esperarse, por otra parte, debido a la polifuncionalidad característica de los marcadores -en ciertas ocasiones- algunas de las partículas antes señaladas fueron empleadas por los sujetos entrevistados con funciones discursivas diferentes a la reformulación explicativa. En primer lugar, los siguientes ejemplos recogen casos no reformulativos de la partícula ‘o sea’:

  1. los maestros siempre nos recomendaban que no tomáramos ciertas micros porque eran chocaban mucho// o sea “no les vaya a pasar algo señoritas así que tómense la/ no sé cuantito no sé cuantito”// y que había tal chofer que era de bigotito/ que no lo tomara porque era fresco y no sé qué/ entonces era muy gracioso// porque nos cuidaban (MIIM122),
  2. porque en un momento me cae un camote/ directo en la cabeza/ y le cae a mi hija// gracias a Dios que fue más que nada un rozón/ pero fue terrible/ yo ya veía la cara de mi hija pero destrozada y mi mamá gritando/ o sea/ pero la embarrada en la casa así/ la embarrada// mi hija/ ese llanto desgarrador que te llega a sacar el alma/ pero gracias a Dios/ tampoco pasó nada (MBIM057),
  3. E: ¿y le daba risa sus amigas/ cuando estaban en ese estado? I: o sea/ pero no/ era más que nada/ por probar por probarla nomás no era que quedará en ningún estado lamentable/ no para nada// era solamente por probar nuevas cosas y por experimentar (BIIM026).

En 20 se aprecia el empleo de ‘o sea’ como introductor de discurso directo, mientras el ejemplo 21 corresponde a su uso como intensificador, que resalta la complejidad del episodio relatado. En 22, por su parte, ‘o sea’ cumple la función de introducir un turno de habla como respuesta a una pregunta. En segunda instancia, la primera ocurrencia en 23 ilustra la función de ‘digamos’ como un continuador con valor aproximativo (Fuentes, 2008, 2009), diferente al valor explicativo del segundo caso:

  1. y de repente nos juntamos/ al menos un par de veces en el año/ ee/ son ee/ relaciones que/ que quedaron/ digamos muy muy atadas/ convivimos etapas muy bonitas/ y a veces difíciles y eso de alguna manera te// te liga a esa persona ee y además porque uno siente que/ puede confiar/ que hay cierto grado de lealtad/ ¿no cierto?/ hay lealtad/ sin gradualidad digamos/ la lealtad es o no es/ es que no va a hacer una mala jugada/ que no va andar con la cosa haciéndote zancadilla/ con la cosa baja pequeña no yo de alguna manera pido que tenga principios la persona y/ y valoro todas sus capacidades (MAIIIM188).

En tercer lugar, los ejemplos siguientes muestran valores léxico-semánticos o funcionales de ‘onda’ no como reformulador explicativo. En 24, ‘onda’ se comporta como un lexema sintácticamente no periférico, esto es, no como marcador del discurso, con el significado de ‘tendencia’, ‘estilo’ o ‘manera’, mientras en 25, ‘onda’ asume la función de introducir un ejemplo (marcador de concreción):

  1. cosas que/ que no significan nada en mi vida/ como ver una película de terror y apagar la luz y irme corriendo a mi pieza/ por un miedo estúpido/ ridículo que yo puedo entender inmediatamente como “qué estúpido y qué ridículo” creo que eso solo/ como morirme/ que mis papás se mueran/ que me deje mi pololo/ nada nunca/ creo que tiene que ver con que mi vida ha sido buena/ quizá/ no/ nada/ ni los monstruos/ no creo en Dios/ entonces no tengo esa onda como nunca he creído/ mis papás son ateos/ entonces nunca he tenido como esa onda/ el viejo del saco/ mis papás nunca impulsaron ese tipo de cosas como del miedo (MAIM156),
  2. en general varios lugares del centro me gustan o sea viviría/ bueno obviamente como cualquier persona así súper loca/ viviría onda/ no sé/ en PF alguna huevada así pero/ también en E/ ¿cachái?/ donde vivía antes onda// de hecho para mí para mí es ideal vivir a donde vivía antes ¿cachái?// onda vivir ahí en V/ con G ¿cachái? (MAIH147).

Finalmente, los siguientes casos ilustran funciones no reformulativas de ‘por ser’, ya sea con valor continuativo o aproximativo (primer caso del ejemplo 26 y segunda y tercera ocurrencia en el ejemplo 27), como marcador de concreción o ejemplificador (primer caso del ejemplo 27) o como introductor de discurso directo (segundo caso del ejemplo 26):

  1. a ver/ en mi opinión qué es lo que es ser un buen amigo/ una persona que esté dispuesta por ser a/ a ayudarlo en caso que uno tenga alguna necesidad/ y// y y bueno y se entiende que uno también tiene que saber corresponderle en ese sen/ en ese sentido/ una persona que no/ que no ande pidiendo favores/ por ser “oye yo te hago este este este favor a ti/ pero tú me tienes que hacer/ uno a mí” (MBIIIH083),
  2. nos dieron esos trabajos para toda la gente de afuera para distintos lados/ por ser para las plazas/ para las escuelas/ para pintar/ trabajamos de todo un poco ahí de la tercera edad/ por ser habían viejitos y joven juventud de todo un poco éramos nosotros/ por ser todo joven y viejitos y viejitas y niños también po/ niños joven po/ de quince dieciocho años para arriba trabajaban también los niños (BIIIM043).

Por supuesto, ejemplos como el siguiente, en el que ‘por ser’ no está gramaticalizado como marcador del discurso, sino que funcionando en el marco predicativo oracional, no fueron incluidos en el análisis:

  1. yo creo que por el canal trece por ser católico como que son mucho más estructurados y como que hablan mucho más bien (MBIM058).

En general, no encontramos casos de solapamiento de funciones junto al valor de reformulación de los marcadores explicativos identificados en la muestra, ya que tienden a cumplir una función prevalente.

3.2. Análisis sociolingüístico de los reformuladores de explicación relevados en el corpus

En esta sección, se exponen los resultados de nuestro estudio con respecto a la relación de la frecuencia de empleo de los marcadores de reformulación explicativa con las tres variables extralingüísticas consideradas en el análisis: sexo, edad y grupo socioeconómico de los sujetos de la muestra. Como ya indicamos, las pruebas de estadística inferencial se aplicarán a los marcadores con 25 o más ocurrencias, esto es, ‘o sea’, ‘onda’ y ‘digamos’ con función explicativa.

3.2.1. Sexo

La Tabla 2 presenta las frecuencias absoluta y porcentual de la ocurrencia de los marcadores explicativos identificados en el corpus, de acuerdo con el sexo de los sujetos.

Tabla 2. Frecuencia absoluta y porcentaje de los marcadores de reformulación explicativa relevados en el corpus según el sexo de los sujetos de la muestra.

Marcadores

Hombres

Mujeres

o sea

1092 (92,5)

1125 (92,1)

onda

24 (2)

31 (2,5)

digamos

50 (4,2)

42 (3,4)

es decir

12 (1)

9 (0,7)

por ser

2 (0,2)

15 (1,3)

vale decir

1 (0,1)

0 (0)

Totales

1181 (100)

1222 (100)

Con respecto al análisis de las medias correspondientes a la ocurrencia del reformulador explicativo ‘o sea’, según el factor sexo de los sujetos, los resultados del análisis paramétrico ANOVA indican que la media para los hombres es 18,200, mientras que la de las mujeres alcanza a 18,750. Por lo tanto, aunque se trata de medias muy similares, se muestra una mayor tendencia hacia el empleo de ‘o sea’ explicativo por parte de las mujeres de la muestra. No obstante, los resultados no son significativos estadísticamente (F= 0,030, p= 0,863). La aplicación de la prueba no paramétrica de Anova de Kruskal-Wallis, por su parte, arroja como rangos promedio para los hombres el de 60,59 y para las mujeres el de 60,41. Asimismo, dicho análisis confirma la falta de significación estadística de estas diferencias, ya que Chi-cuadrado= 0,001, p= 0,977. El contraste de las medias correspondientes a la ocurrencia del reformulador explicativo ‘onda’, según el sexo de los sujetos, por su parte, señala que la media para los hombres es 0,400, mientras que la de las mujeres alcanza a 0,517. Las diferencias entre las medias reportadas, además, no son estadísticamente significativas (F= 0,147, p= 0,702). El análisis no paramétrico, por su parte, señala los siguientes rangos promedio: hombre (59,38) y mujer (61,63), al mismo tiempo que confirma que se trata de datos no significativos, puesto que Chi-cuadrado= 0,326, p= 0,568. Finalmente, en relación con el factor sexo de los sujetos, el análisis de varianza de las frecuencias del marcador ‘digamos’ como reformulador explicativo muestra que mientras la media para los hombres es 0,833, para las mujeres es de 0,700. Estas diferencias, sin embargo, carecen de significatividad (F= 0,117, p= 0,733). Estos resultados son confirmados por la aproximación no paramétrica de Kruskal-Wallis, que señala que Chi-cuadrado= 0,074, p= 0,785. Asimismo, el rango promedio para los hombres, según esta prueba, es 61,15, mientras para las mujeres, 59,85.

3.2.2. Edad

En la Tabla 3 se exponen las frecuencias absoluta y porcentual de la ocurrencia de los marcadores explicativos identificados en el corpus, de acuerdo con la edad de los sujetos.

Tabla 3. Frecuencia absoluta y porcentaje de los marcadores de reformulación explicativa relevados en el corpus según la edad de los sujetos de la muestra.

Marcadores

20 a 34

35 a 54

55 y más

o sea

816 (93,4)

769 (94,2)

632 (88,6)

onda

51 (5,8)

3 (0,4)

1 (0,1)

digamos

7 (0,8)

30 (3,7)

55 (7,7)

es decir

0 (0)

11 (1,3)

10 (1,4)

por ser

0 (0)

2 (0,3)

15 (2,2)

vale decir

0 (0)

1 (0,1)

0 (0)

Totales

874 (100)

816 (100)

713 (100)

Los resultados de la varianza de las medias de la frecuencia de empleo de ‘o sea’ como reformulador explicativo, de acuerdo con la edad de los sujetos son: 20-34 (20,400), 35-54 (19,225) y 55 y más (15,800). Debido a que F= 0,755, p= 0,472, estas diferencias no son significativas. La prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis señala como rangos promedios: 20-34 (66,90), 35-54 (63,05) y 55 y más (51,55), además de confirmar la falta de significatividad estadística de estos resultados (Chi-cuadrado= 4,223, p= 0,121). Por otra parte, en relación con ‘onda’ como reformulador explicativo (Gráfico 2)[6], la prueba ANOVA proporciona las medias siguientes para los grupos etarios de la muestra: 20-34 (1,275), 35-54 (0,075) y 55 y más (0,025). Al mismo tiempo, se indica que estas diferencias son significativas estadísticamente, ya que F= 8,146, p= 0,000.

Gráfico 2. Medias marginales estimadas de ‘onda’ según edad.

El análisis mediante Anova de Kruskal-Wallis, a su vez, arroja los siguientes rangos promedio para ‘onda’ y la edad de los sujetos: 20-34 (73,10), 35-54 (55,55) y 55 y más (52,85), confirmando, además, la significación estadística de los resultados (Chi-cuadrado= 20,730, p= 0,000). Igualmente, en el caso de ‘digamos’ como marcador explicativo (Gráfico 3), las medias para los grupos de edad son 20-34 (0,175), 35-54 (0,750) y 55 y más (1,375). Estas diferencias son significativas según el análisis de varianza, pues F= 3,301, p= 0,040.

Gráfico 3. Medias marginales estimadas de ‘digamos’ explicativo según edad.

De manera coincidente, la prueba no paramétrica seleccionada señala que los rangos promedio para ‘digamos’ explicativo y su relación con el factor etario son: 20-34 (51,59), 35-54 (61,48) y 55 y más (68,44), al tiempo que confirma el carácter significativo de estas diferencias (Chi-cuadrado= 8,427, p= 0,015).

3.2.3. Grupo socioeconómico

La Tabla 4 presenta las frecuencias absoluta y porcentual de la ocurrencia de los marcadores explicativos identificados en el corpus, de acuerdo con el grupo socioeconómico de los sujetos.

Tabla 4. Frecuencia absoluta y porcentaje de los marcadores de reformulación explicativa relevados en el corpus según el grupo socioeconómico de los sujetos de la muestra.

Marcadores

B

MB

M

MA

o sea

319 (94,1)

463 (95,9)

587 (91,4)

848 (90,3)

onda

5 (1,5)

3 (0,6)

8 (1,2)

39 (4,2)

digamos

3 (0,9)

10 (2,1)

41 (6,4)

38 (4)

es decir

0 (0)

2 (0,4)

6 (1)

13 (1,4)

por ser

12 (3,5)

5 (1)

0 (0)

0 (0)

vale decir

0 (0)

0 (0)

0 (0)

1 (0,1)

Totales

339 (100)

483 (100)

642 (100)

939 (100)

El análisis de las diferencias entre las medias correspondientes a ‘o sea’ explicativo, según el grupo socioeconómico de los sujetos (Gráfico 4) muestra que las medias son: bajo (10,633), medio bajo (15,433), medio (19,567) y medio alto (28,267). Estos resultados, además, son significativos estadísticamente, puesto que F= 6,319, p= 0,001.

Gráfico 4. Medias marginales estimadas de ‘o sea’ explicativo según grupo socioeconómico.

Lo anterior es confirmado por la prueba no paramétrica, la que señala como rangos promedio para ‘o sea’ explicativo: bajo (40,80), medio bajo (53,20), medio (66,73) y medio alto (81,27), confirmando la significatividad estadística de estas diferencias, ya que Chi-cuadrado= 22,632, p= 0,000. Asimismo, el análisis de varianza del marcador explicativo ‘onda’ (Gráfico 5) proporciona las siguientes medias para los grupos socioeconómicos de la muestra: bajo (0,167), medio bajo (0,100), medio (0,267) y medio alto (1,300), donde F= 3,719, p= 0,013, por lo tanto, se trata de resultados significativos.

Gráfico 5. Medias marginales estimadas de ‘onda’ según grupo socioeconómico.

Esta significatividad también es reafirmada por la prueba de Kruskal-Wallis (Chi-cuadrado= 8,080, p= 0,044), indicando los rangos promedio: bajo (57,33), medio bajo (55,32), medio (59,48) y medio alto (69,87). De modo similar, para ‘digamos’ explicativo en relación con los grupos socioeconómicos de la muestra (Gráfico 6), ANOVA entrega las siguientes medias: bajo (0,100), medio bajo (0,333), medio (1,367) y medio alto (1,267), alcanzando estas diferencias también significación estadística (F= 2,869, p= 0,040).

Gráfico 6. Medias marginales estimadas de ‘digamos’ explicativo según grupo socioeconómico.

La prueba no paramétrica, asimismo, confirma esta significatividad, ya que Chi-cuadrado= 12,065, p= 0,007. El mismo procedimiento, además, indica los rangos promedio: bajo (51,20), medio bajo (53,55), medio (70,48) y medio alto (66,77).           

En síntesis, con respecto al empleo de los marcadores explicativos ‘o sea’, ‘onda’ y ‘digamos’ y su relación con los factores sociodemográficos de los hablantes, nuestros resultados señalan que las diferencias entre los grupos socioeconómicos son significativas en cuanto a los tres marcadores, los que son más empleados en el grupo medio alto; en cambio, las diferencias etarias solo son significativas con respecto a ‘onda’ y ‘digamos’. El contraste del factor sexo, asimismo, no resultó significativo para ninguno de los reformuladores antes indicados.

CONCLUSIONES

Podemos sintetizar los hallazgos más relevantes de este estudio como se detalla en los siguientes párrafos.

En nuestros materiales, se identificaron 2403 ocurrencias de la función discursiva (variable) “reformulación de explicación mediante marcadores”, la que se materializó por medio del siguiente paradigma de reformuladores explicativos (variantes), con las frecuencias absolutas y porcentuales que se indican: ‘o sea’ (2217= 92,3%), ‘onda’ (55= 2,3%), ‘digamos’ (92= 3,8%), ‘es decir’ (21= 0,87%), ‘por ser’ (17= 0,7%) y ‘vale decir’ (1= 0,03%). Estos resultados nos permitieron corroborar nuestra primera hipótesis, esto es, la preponderancia de ‘o sea’ como marcador explicativo.

Los factores sociodemográficos más sensibles al empleo de los reformuladores de explicación fueron el grupo socioeconómico y la edad de los informantes. No se relevaron diferencias de sexo significativas, por lo que el mencionado factor resultó ser irrelevante, desde el punto de vista estadístico. De acuerdo con estos datos, pudimos comprobar la segunda hipótesis de este estudio sobre la irregularidad del influjo de los factores sociodemográficos en el empleo de los reformuladores de explicación.

Con respecto a los marcadores explicativos más frecuentes, el empleo de ‘o sea’, ‘onda’ y ‘digamos’ está más extendido entre los hablantes del grupo socioeconómico medio alto. Asimismo, ‘onda’ y ‘digamos’ son más usados por los informantes más jóvenes y de mayor edad, respectivamente. Estas diferencias en el uso de los mencionados reformuladores explicativos resultaron ser significativas, en términos estadísticos.

A nuestro juicio, probablemente, la reformulación explicativa se emplee de modo más frecuente por parte de los hablantes del grupo medio alto como una característica más elaborada de su discurso, motivada por la necesidad de aclarar más sus puntos de vista o de hacer más explícito su discurso. Para satisfacer estos requerimientos expresivos más elaborados, los informantes del grupo medio alto recurren con frecuencia a marcadores como ‘o sea’, ‘onda’ y ‘digamos’, en especial, al primero.

Estos resultados son muy cercanos, en líneas generales, a los que informamos en Rojas et al. (2012), aunque cabe destacar que, en el presente estudio, se amplió la muestra de 72 a 120 entrevistas y se aplicaron pruebas de análisis estadístico inferencial. Igualmente, la preponderancia de ‘o sea’ como reformulador explicativo ha sido destacada también por Martín Zorraquino y Portolés (1999) para el español, en general, y por Valencia (2014b) para los materiales de la norma culta santiaguina, en particular.

En nuestra opinión, resultaría interesante llevar a cabo trabajos contrastivos con muestras de otras comunidades de habla española que replicaran lo desarrollado en el presente artículo. Asimismo, sería pertinente ampliar un análisis pragmático y sociolingüístico como el que aquí desarrollamos a otros tipos de marcadores del discurso en el habla de Santiago de Chile.

NOTAS

[1] Martín Zorraquino (1998) plantea que, pese a la heterogeneidad de los marcadores del discurso, relativa tanto a las categorías a las que pertenecen como a su distribución en el discurso y a sus funciones pragmáticas, dichas unidades presentan, entre otras, las siguientes propiedades comunes: a) no pueden ser sustituidas por elementos pronominales o deícticos, b) no pueden ser sometidos a interrogación parcial, c) no admiten la coordinación con elementos equifuncionales y d) no pueden ser reemplazados por elementos pronominales que reproduzcan la totalidad, o la parcialidad, de la oración en la que se sitúan.

[2] No obstante, es importante precisar que la misma autora declara que, debido a motivaciones contrastivas, en su estudio no se relevaron usos idiosincrásicos o dialectales (Valencia, 2014a). Por lo tanto, su análisis solo se limitó a identificar el empleo del inventario de marcadores informado en Martín Zorraquino y Portolés (1999). Esto plantea una diferencia de estrategia de indagación fundamental con respecto a la adoptada en el presente trabajo.

[3] El ESECH es un grupo de investigación del Departamento de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile coordinado por nosotros.

[4] Cabe precisar que el modelo de nivel socioeconómico fue adaptado de estos estudios de mercado en función de los objetivos que se propone el grupo ESECH, que busca definir un perfil más bien sociocultural de la comunidad lingüística en estudio. En consideración a esto, para la estratificación socioeconómica, una de las variables más determinantes fue el nivel educacional y, por esta razón, es la que asigna el mayor puntaje. Asimismo, el nivel de ingresos demuestra muy poca relevancia para los estudios de mercado antes mencionados, por ello no fue considerado en la determinación de los perfiles socioeconómicos.

[5] En otro lugar, esperamos presentar los resultados generales del estudio de los marcadores de reformulación incluido en nuestra tesis doctoral; por ahora, baste con señalar que los explicativos son los reformuladores relevados más frecuentes.

[6] Por motivos de espacio, solo se presentarán los gráficos del contraste de medias que hayan resultado ser significativos en el análisis estadístico.

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Recibido: 29/05/2015

Aceptado: 20/05/2016

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